martes, 21 de septiembre de 2010

La cruzada contra los albigenses (cátaros)

Siempre se busca una excusa, no importa lo simple o compleja que parezca, para generar conflicto entre dos personas o grupos. En Colombia, fue un florero lo que desató la furia de un pueblo; en Europa la muerte de un archiduque desencadenó la primera guerra mundial; en Languedoc (territorio al sur de Francia) la muerte de Pierre de Castelnau (monje pontificio) provocó la cruzada contra los cátaros.
Este último evento se puede considerar el primer genocidio registrado en la historia moderna de Europa, en el cual, por ordenes directa del papa de la época (año 1209, Inocencio III) se aniquiló totalmente la herejía que se estaba desarrollando en esta región. 


¿A quienes me refiero cuando digo herejes?
A los cátaros o Albigenses (por la localidad y comuna francesa Albi). Estos, se dividían en sectas con características distintas y no constituían una Iglesia coherente. Y fue por sus ideas sobre la dualidad [Un dios “bueno” (dios del amor), y un dios “malo” (lo material); ninguno superior al otro]; reconocimiento de la mujer como principio de la religión; y negación de la existencia de Jesús en el mundo como algo material, que merecían morir según las justificaciones de la Iglesia de Roma.
Tal vez estos, se basaron en las mismísimas palabras de Jesús plasmadas en la biblia “Pero a aquellos enemigos míos que no acepten que yo reine sobre ellos, traedles aquí y matadles ante mi” (Lucas, XIX., 27); “Pero que seamos maldecidos nosotros o cualquier ángel del cielo que os predique otro evangelio que el que ya os hemos predicado. Digo ahora, otra vez, lo que ya había dicho antes, Que sea maldecido cualquier hombre que os predique otro evangelio que el que ya habéis recibido” (Gal, I., 8, 9).
La forma en que mataban a los herejes no era selectiva, ¿Cómo se podía reconocer un verdadero hereje de alguien que no lo es? No había forma, “Un oficial preguntó al representante del papa cómo podía distinguir a los herejes de los verdaderos creyentes y recibió esta respuesta: <<Mátalos a todos. Dios reconocerá a los suyos>>"
Fuesen cuales fuesen las razones para haber asesinado tanta gente, los frutos que da el arbol del catolicismo generan desconfianza, y por un fruto se reconoce si es bueno o no un árbol, decía el mismo Jesús.


Bibliografía:
La Inquisición (Título en inglés: The Story of the inquisition), Edward Mann, ed. Humanitas, Barcelona, España, 1991.

El enigma sagrado (Título en inglés: The Holy Blood and the Holy Grail), Michael Baignet, Richard Leigh, Henry Lincoln, ed. Martínez Roca, España, 1985.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Entre congruencias, diferencias


Reflexión generalizada acerca de las características que se asimilan y diferencian, entre algunas religiones.
Las religiones dicen lo mismo de distinta forma. Entre el cristianismo, el hinduismo y el islamismo, existe el mismo Dios pero con nombres distintos y descripciones con variados términos.
“No hay pueblo que no se haya creído el pueblo elegido” (fragmento de canción “Milonga de moro judío” de Jorge Drexler). Todas dicen ser la verdadera religión, la única con el veredicto final, el camino exclusivo a Dios y por ende a la salvación. La iglesia Cristiana (comunidad a la que pertenece la católica) afirma que es ella es la verdadera por haber sido, el mismo Cristo quien la fundó.
Si existe un Dios, y si hay un pueblo elegido por él, ¿Qué pensaría del resto de comunidades que se han creído el elegido? 

miércoles, 15 de septiembre de 2010

"Juntos, pero no revueltos"

Las religiones han determinado un estilo de vida en lugar donde arremeten (prácticamente todo el mundo), le dan un orden al comportamiento de las personas implementando derechos y deberes desde los principios de dicha religión. Esto es a lo que se refiere Brigitte Dumortie, autora del libro “Atlas de las religiones”. No importa si venimos de oriente a occidente, o de occidente a oriente, si somos islámicos, católicos, judíos, hebreos, de una religión japonesa, o hasta ateos; siempre nos va a enmarcar el estilo de vida que ha adoptado dicho territorio basado en la religión. En esta parte del hemisferio, no importa si me considero agnostico, culturalmente soy cristiano.